Archivo del Autor: David Pacheco
«Calibrar el monitor» de Hugo Rodríguez, un libro para fotógrafos exigentes.

Tal y como me está pasando a mí últimamente, cuando empiezas a preocuparte en serio por tus imágenes surge de inmediato una duda ¿la imagen que veo en pantalla refleja fielmente los colores que estoy editando? La única manera de responder afirmativamente a esa pregunta es calibrando el monitor y precisamente cómo hacerlo es lo que explica el libro de Hugo Rodríguez Calibrar el monitor (Marcombo) que ha llegado a su tercera edición con un contenido renovado en su 80%.
Se trata de una obra en formato de bolsillo con 304 páginas que aborda la explicación de todo el proceso con mucha sencillez y teniendo en cuenta los diversos dispositivos de software y de de hardware que el lector podría emplear. El autor, un experto profesional del color, está familiarizado con todos ellos.
El libro tiene cuatro capítulos. El primero de ellos explica el por qué de la necesidad de una calibración, habla de las condiciones de iluminación del lugar de trabajo, del color de fondo de la pantalla, de su limpieza, de cómo escoger un monitor y los tipos existentes… y da recomendaciones sobre el tipo de monitor a adquirir, caso de que estemos en esa tesitura.
El siguiente capítulo aborda la colorimetría básica. Explica los perfiles, espacios de trabajo, de monitor, de impresión, la elección de la gama, los ajustes del punto blanco y del negro.
En todo momento Hugo Rodríguez tiene en mente y explica que la calibración de un monitor se puede realizar mediante un termocolorímetro o bien, en ausencia de éste, mediante un programa. Por ello, el tercer capítulo desarrolla ese tema.
Sin embargo, quienes buscan una mayor precisión saltarán ese apartado para entrar de lleno en el capítulo cuatro que es donde se habla de cómo hacer la calibración mediante hardware. Rodríguez incluye en su libro una visión en profundidad del trabajo con los calibradores más populares: i1 Display Pro (X-Rite) y Syper4 (Datacolor).
Finalmente, con un monitor calibrado, el libro en su último capítulo pasa revista a los diversos programas que se utilizan en el mundo de la imagen para asegurarse de que utilizan correctamente los ajustes de color.
Me parece muy loable el esfuerzo del autor por crear esta obra que llena sin duda un hueco en el campo de la bibliografía técnica de fotografía, aunque obviamente, es igualmente válido para todos los profesionales de la imagen no sólo fotógrafos sino también ilustradores, diseñadores y publicitarios.
El libro puede adquirirse en este enlace: Calibrar el monitor.
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La cámara digital renace gracias a la nueva oleada de aficionados a la fotografía.

Que haya teléfonos con 13 megapíxeles es una mala noticia para la industria clásica de la fotografía.
Internet y el smartphone han matado la cámara barata, como antes la cámara digital mató a la analógica. Pero desde hace un par de años, la industria levanta la cabeza gracias a los buenos aficionados y a las cámaras digitales de calidad, con objetivos intercambiables, y unos precios que casi siempre rondan los mil euros. Menos ventas, pero con mayores márgenes. Así el segmento medio está comiendo terreno, por su precio, a las máquinas destinadas a los que se inician en la fotografía y, por prestaciones, a los modelos diseñados para profesionales.
Una de las razones de que ese fenómeno se esté produciendo es la madurez que han alcanzado las cámaras sin espejo de objetivos intercambiables, las denominadas Evil. También influye el abaratamiento de las máquinas réflex con sensores de imagen del mismo tamaño que un negativo de 35mm (las denominadas full frame). Desde hace unos meses dos cámaras que usan esa tecnología, la Nikon D600 y la Canon 6D, no aparecen en los catálogos destinados a profesionales de sus fabricantes. Algo que era impensable hasta hace muy poco.
Por eso no es de extrañar que los que buscan un equipo fotográfico semiprofesional tiemblen ante la enorme variedad de modelos que pueden encontrar ahora mismo en los escaparates. Pero de entre toda esa enorme oferta hay cuatro máquinas que despuntan por diferentes motivos. Se trata de dos réflex (la Nikon D7100 y la Pentax K30) y dos Evil (la Fuji X-E1 y la Olympus OM-D E-M5), máquinas con precios que oscilan entre los 600 y los 1.500 euros.
Pentax K-30
Por algo más de 600 euros es posible encontrar la Pentax K-30 con un objetivo de 18-55mm. Su cuerpo sellado resiste el polvo y las salpicaduras y cuenta con un visor óptico que permite observar el 100% de la escena captada. Dos cualidades que hasta el lanzamiento de la K-30 eran imposibles de encontrar en una máquina de ese rango. Su sensor de 16 megapíxeles también proporciona la calidad de imagen que Pentax está acostumbrada a mostrar en sus últimas cámaras. Sus principales puntos débiles, sobre todo si la comparamos con la Nikon D7100, son su enfoque automático, limitado a 11 puntos; una velocidad de disparo en ráfaga que no rebasa las 6 fotos por segundo; y sus escasas posibilidades al grabar vídeo (la gran asignatura pendiente de Pentax en sus réflex).
Nikon D7100
Desde que se presentó la Nikon D7000 hace algo más de dos años prácticamente se convirtió en sinónimo de lo que una máquina semiprofesional podía ofrecer. Hace unas semanas lanzó la D7100. Viene equipada con un sistema de enfoque de 51 puntos heredado de la gama profesional. Su sensor APS-C de 24 megapíxeles supera en calidad de imagen al de 16 megapíxeles de la D7000. También dispone de un modo de recorte que amplificar si lo deseamos en 1,3 aumentos la distancia focal de cualquier objetivo. Su precio es de 1.399 euros con un objetivo de 18-105mm.
Fuji X-E1
Su diseño recuerda poderosamente al de las míticas y elitistas Leica, pero también su calidad de imagen satisface incluso a los más exigentes. La Fuji X-E1 era el eslabón perdido que muchos esperaban en el catálogo de la firma japonesa desde que anunciaron la voluminosa y cara X-Pro 1. Con un precio de unos 1.300 euros con el objetivo de 18-55 mm, utiliza un sensor APS-C de 16 megapíxeles con la tecnología X-Trans de la casa. Entre sus pegas, la escasa variedad de objetivos con los que cuenta Fuji para la serie X y también que, a pesar de la calidad de su construcción, su cuerpo no está sellado. No es buena idea usarla bajo la lluvia.
Olympus OM-D EM
La OM-D E-M5 es probablemente la cámara sin espejo que mejores argumentos proporciona para elegirla como equipo semiprofesional. Su sensor de 16 megapíxeles no envidia en calidad de imagen a las cámaras con sensores APS-C. Su velocidad de disparo alcanza las nueve fotos por segundo y dispone de un cuerpo sellado. Pero su principal atractivo es la amplia variedad de objetivos, de Olympus y de otros fabricantes. Su talón de Aquiles es la grabación de vídeo. Su precio con un objetivo sellado y motorizado de 12-50mm es de 1.299 euros.
Las opciones de Canon y Sony
Para los que dispongan de objetivos Canon quizá la mejor opción de su catálogo semiprofesional es la Canon EOS 7D, al menos si no quiere gastarse los 2.000 euros que cuesta la EOS 6D con su sensor full frame.Aunque fue lanzada hace tres años y medio la 7D seguiría siendo una máquina interesante de no ser porque su precio con un objetivo supera los 1.500 euros. Tampoco hay que olvidar a Sony Nex 6 y 7. Las principales pegas de estas máquinas son su ergonomía con objetivos de grandes dimensiones y la falta de un cuerpo sellado. Sus precios con objetivo de 18-55 mm oscilan entre los 949 euros de la Nex 6 y los 1.299 de la Nex 7.
«Urbes mutantes», Premio PhotoEspaña al mejor libro de fotografía

«Urbes Mutantes 1941-2012. Latin American Photography», que muestra la evolución de las ciudades de Latinoamérica en el siglo XX, ha logrado el Premio PhotoEspaña (PHE) al mejor libro de fotografía nacional, mientas «The Little Black Jacket» lo obtuvo en la categoría internacional.
Los premios PHE, que distinguen a «la mejor publicación de fotografía nacional e internacional publicada en 2012, así como a la editorial más destacada», han decidido galardonar a «Urbes Mutantes», editada por RM/Toluca Éditions, han informado PhotoEspaña y el Ayuntamiento de Alcalá de Henares (Madrid), organizadores del evento.
El libro es «un catálogo de la exposición del mismo nombre», que puede visitarse, hasta el 27 de mayo, en el Museo de Arte del Banco de la República de Bogotá y hace un recorrido por diversas ciudades latinoamericanas haciendo énfasis en esa capacidad de modificación arquitectónica, cultural y social que se presenta a lo largo del siglo XX entre las décadas del cincuenta y setenta»
Por su parte, «The Little Black Jacket», de Karl Lagerfeld y Carinne Roitfeld,editado por Steidi Publishers (Alemania), es el libro galardonado en la sección internacional.
La publicación muestra en fotografías la reinterpretación de Lagerfeld y Roitfeld de la «icónica chaquetita negra de Chanel», agrega la nota.
El jurado, formado por la directora de la fundación Lázaro Galdiano, Elena Hernando, el diseñador Joaquín Gallego, y el director de la Fundación Antonio Saura, Miguel López, han concedido la mención de honor a «Photo Express: Tokyo», de Keizo Kitajima.
En este volumen es un facsímil de una serie de libretas publicadas por Kitajima donde se muestran los «vagabundeos nocturnos» del artista por Tokio, según la nota.
También ha sido premiada la editorial alemana Hatje Cantz, dedicada a la publicación de títulos de arte, fotografía y arquitectura como «Keiko», de Tomasz Gudzowaty o «Wald», de Michael Lange.
Cómo fotografiar la Luna y no morir en el intento. (Nociones básicas)
¿Has intentado alguna vez fotografiar la Luna y te has quedado peor que estabas? ¿Al mirar en la pantalla de la cámara no haces más que ver una bola blanca sin detalle? ¿Eres incapaz de distinguir tu foto de la Luna de la de una bombilla encendida?
Si has respondido «Si» a alguna de estas preguntas, no te preocupes, todos hemos pasado por ahí. Nadie nace enseñado.
Esto va dirigido a todos aquellos que están empezando en este mundillo y aun no conocen las nociones básicas para este tipo de fotografía.
Es por eso que os voy a echar una mano y os voy a dar unos consejos imprescindibles para que podáis volver a casa con una bonita foto de la Luna.
Equipo
*Cámara réflex.
*Teleobjetivo. Con 200mm ya puedes conseguir fotos con bastante detalle y nitidez. Lo ideal sería disponer de 500mm en adelante, pero no está al alcance de todos poder poseerlo. (Recomiendo desactivar el estabilizador de imagen de vuestro objetivo si lo posee, así evitarás trepidaciones por los movimientos mecánicos internos.
*Mando disparador. (inalámbrico o con cable, es indiferente).
*Trípode
Escoge el mejor momento.
Obviamente, no hay ninguna hora en especial en la que puedas fotografiar la Luna, realmente el único requisito indispensable es que esté visible en el cielo, por lo que es mejor escoger un momento en el que no hayan nubes ni nada que pueda tapar la visión del satélite.
No obstante, debido a un efecto óptico, al momento de aparecer la Luna por el horizonte, parece tener un tamaño mayor, lo que puede facilitar un poquito las cosas a la hora de retratarla. Conforme va subiendo en el cielo, la Luna se va viendo más pequeña.
Intenta utilizar la medición puntual
Si tu cámara lo permite, utiliza el modo de medición puntual de la luz. Las fotos de la Luna son uno de esos casos en los que viene muy bien disponer de este modo de disparo, ya que la medición matricial o promediada que suelen tener seleccionadas las cámaras por defecto engañarán a la cámara y probablemente la Luna salga quemada.
Al estar el cielo muy oscuro, el medidor de la luz promedia y la luna puede salir como una masa blanca uniforme, perdiendo cualquier detalle de su superficie.
Si tu cámara no permite utilizar la medición puntual, no desesperes; puedes utilizar otros modos de medición. Simplemente tendrás que realizar alguna que otra prueba hasta conseguir buenos resultados. Prueba a ajustar la exposición (baja el EV) para que la cámara subexponga. Con ello evitarás quemar la Luna.
Haz uso del Histograma
La mejor manera de comprobar que la foto está correctamente es revisar el histograma después de disparar.
Analiza el histograma y asegúrate de que las luces no quedan reventadas (pegadas a la parte derecha del gráfico).
Si tu cámara dispone de un modo de consulta en el que las zonas quemadas de la foto parpadean, te resultará muy útil para comprobar si alguna parte de la foto se ha quemado.
Parámetros
Apertura:
Te recomiendo que utilices la que tu objetivo dé su mayor calidad o definición, se suele llamar “Punto Dulce“. En la mayoría de objetivos suele estar entre f/8 y f/11.
Sensibilidad ISO:
Es el ajuste mas sencillo, ajustar la sensibilidad mas baja que permita tu cámara.
Enfoque:
Utilizar medición puntual apuntando a luna, con un único punto de enfoque que irás desplazando a medida que se mueva la Luna. Por supuesto, la mejor manera de enfocar la Luna es con un enfoque manual, pero esto ya lo dejo a elección de cada uno.
Velocidad de obturación:
Mi recomendación es poner los ajustes de la cámara en modo Manual, (balance de blancos automático). A partir de ahí, hay que considerar que la Luna es un punto de luz de una intensidad enorme, por lo que deberemos utilizar velocidades rápidas empezando en 1/125. Siguiendo esa referencia nos vamos moviendo en velocidades rápidas, haciendo pruebas. Depende también de la fase lunar. Si hay menos luna tapada por el sol habrá mas luz. Por ejemplo, para una Luna llena suele ir bien una velocidad de 1/125.
No olvides disparar en RAW para así poder modificar a tu antojo parámetros como máscara de enfoque o balance de blancos.

Espero poder ver pronto vuestras Lunas y que os haya servido de ayuda. 😉
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