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Ecos del pasado


En un terreno triste y desolado,
se encuentra la casa vieja abandonada.
Miles de historias se han contado,
quizás historias que no cuentan nada.
Sola, triste y abatida,
ya no muestra señales de vida.
Descansa en sus cimientos cansada,
pues en otros tiempos fue bendecida,
mas ahora se encuentra desolada.
Con estas palabras empiezo una nueva entrada, dedicada a esas casas que antaño pudieron ser maravillosos y cálidos hogares, y que por culpa del paso del tiempo y los altamente estúpidos e irresponsables desgraciados que no saben cuidar el entorno y las cosas que les rodean, hoy no son más que cúmulos de basura y auténticos estercoleros.
Al principio de mis andaduras nocturnas, tenía mucho respeto a entrar en una casa abandonada o en ruinas (digo respeto por no decir directamente miedo, jejeje), pero poco a poco y gracias a los amigos que me acompañan, ese respeto se ha ido convirtiendo lentamente en curiosidad.
Es increíble, como una casa en ruinas puede parecer una catástrofe de día, y cuando te adentras en ella de noche, con la luz de tu linterna, se crea un fantástico mundo de sombras en cada rincón de la hacienda.
Y es que  yo siempre lo digo, “la noche pinta las cosas con colores especiales”.
Por la noche, puedes recorrer cada habitáculo de la casa con total tranquilidad y armonía, dejando fluir tus sentidos a un estado superior para poder captar la historia que la propia morada intenta contarte.
Es lo más importante, investigar con respeto, sin alterar nada, ni ensuciar ni destrozar.
Intento captar en mi cabeza cómo sería esa casa cuando estaba en activo, qué tipo de gente podría vivir allí, cuantas miles de historias habrían ocurrido dentro de esas cuatro paredes.
Es una lástima, como he dicho antes, que el paso del tiempo y los gamberros, destruyan esta parte de la historia de alguna familia. Historia incógnita para nosotros, pero que para alguien tendrá su significado.
Es por eso por lo que quiero reivindicar desde mi humilde posición, el respeto por el entorno que nos abraza, ya sea campos, playas, casas abandonadas o incluso la ciudad.
¿Por qué hay gente que se empeña en destrozar, ensuciar y arruinar todos estos entornos? ¿Qué sacan de ello? ¿Satisfacción personal? Pues menudos gilipollas.
Sin ir más lejos, el sábado pasado estuve de excursión fotográfica en les Fonts de L’Algar con mis compañeros de la AFNovelda. Estábamos de regreso ya a los coches cuando de repente encontré una pila en el suelo al lado de unos arbustos. Me paré y la recogí.
¿Sabéis cuanto pude contaminar una simple pila AAA (las de los mandos de la tele por ejemplo) si entra en contacto con el agua de un río?
Doscientos metros cúbicos de agua, o lo que es igual, 200.000 litros. Y como sabemos, el agua no sobra mucho en estos momentos.
Hay que ser totalmente idiota para tirar una pila en el campo, y perdón si alguno de los que está leyendo esto lo ha hecho y se siente ofendido, pero es mi manera de pensar.
Es por eso, que cuando entro a una de estas casas, se me remueve el estómago de ver la cantidad de basura y desperdicios que te puedes encontrar. Yo intento imaginar cómo sería si estuviera limpia y ordenada, como si nadie hubiera destrozado nada ni el tiempo hubiera hecho mella en sus aposentos.
Eso para mí si que es un ejercicio moral, el cual me ayuda a respetar todo lo que veo y es por eso que utilizo la fotografía nocturna, para dar los colores que quiero en ese momento.
Pintar con luz esos rincones arruinados de las residencias abandonadas. Dejar volar mi imaginación para poder enseñaros la visión fría, desolada y arruinada que tienen hoy en día estas casas.
Así que escrita ya mi reflexión y desahogo sobre este tema, espero que por lo menos una persona de las que me lea, esté de acuerdo conmigo y respete todo el entorno que le rodea. Al menos así ya me sentiré satisfecho de haber escrito esto y haber contribuido con mi grano de arena a que este sea un mundo un poco más sano.
Para terminar, os dejo dos fotos de diferentes casas en ruinas hechas en la oscuridad de la noche, pintadas con mis linternas, acentuando la tristeza que desprenden por el paso del tiempo.
La primera es una casa/cueva en ruinas situada en El Cantón, donde al parecer ahora se usa esporádicamente como albergue de paso para pastores y cabreros.
La segunda, es una casa en ruinas en Novelda, destrozada por completo y llena de basura por donde la mires.
Espero que os gusten mis palabras y mis fotos.
Me despido de vosotros con una sonrisa y hasta la próxima entrada.

Ahhh! Y si, la poesía es mia. 😉

Un saludo!
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                                                                                                     Ecos del pasado

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                                                          Ventana del recuerdo
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Luna, te adoro.


 
En la entrada anterior, os dije que era un enamorado del cielo.
Soy el tontito que se pasa el día y la noche mirando hacia arriba cada vez que salgo a la calle. Pero es que de verdad, es algo que no puedo evitar, porque ni siquiera lo pienso, es un movimiento automático de mi cabeza.
Y estar enamorado del cielo, conlleva también estar enamorado de todo lo que por él se pasea a sus anchas, el sol, las estrellas, las nubes y sobre todo, mi satélite amado, La Luna.
The Moon, esa gran belleza monumental que se muestra ante nosotros la mayoría de noches, inundándonos de luz con su reflejo solar, permitiéndonos ver cada una de sus fases a lo largo de su ciclo de 28 días.
Y como todo en esta vida, la Luna tiene sus dos caras al igual que las personas, las monedas, la verdad, Jekyll y Mr. Hyde…
Es por eso que se me hace tan enigmática. ¿Por qué la Naturaleza no permite que podamos ver la otra cara de la Luna desde la Tierra? ¿Por qué no nos merecemos ese derecho de ver lo que nos esconde ese bello satélite?
Existen cientos de historias y leyendas diferentes bajo el manto de la Luna; creíbles, increíbles, contrastadas, anecdóticas, alucinantes, ridículas, pero al fin y al cabo son eso, historias.
Dicen que influye sobre las mareas, que influye sobre los partos, que influye sobre los cultivos y que influye sobre el estado emocional de las personas.
Yo no sé si todo esto es cierto, o es una pura intención de explicar cosas que realmente no tienen explicación.
Yo solo sé que a mí, me influye de una manera: siento adoración por ella.
Me acuerdo que ya cuando era un niño, veía la Luna de otra manera respecto a los compañeros de mi cole. Ellos veían una bola de luz en el cielo todas las noches, yo veía algo que me hacia sentir bien, sentirme diferente.
Y es que para mí, la Luna siempre ha sido algo inexplicable. Cuando era niño pensaba: -¿Cómo puede permanecer eso ahí arriba sin caerse sobre la Tierra?
Era una obsesión lo que sentía por ella, lo que me llevó a interesarme por ese cuerpo flotante a lo largo de mi infancia y adolescencia.
Los que me conocen desde niño, igual se quedan sorprendidos al leer todo esto, porque nunca hablaba de esta obsesión, ni con mi familia en casa, ni con mis amigos ni nada. Eso es porque yo antes, era más reservado que la cara oculta de la Luna. Quizás por eso, ahora, aprovecho este blog, para dar a conocer mis pensamientos a los que me leéis, sintiéndome liberado de esa manera de ser que tenía entonces.
Dicen que la Luna es 500.000 veces menos brillante que el Sol, quizás por eso es capaz de cautivar nuestras miradas y dar un ritmo armónico a la vida de la Tierra.
Yo más que como un simple satélite, la veo como un ángel que vela por nosotros y nos ilumina cuando el Sol ya no está entre nosotros.
Es por eso por lo que hoy, he decidido dedicar mis palabras a esa belleza natural que se encuentra en el cielo, todos y cada uno de los días de nuestra vida.
Más cerca, más lejos, más iluminada, más oscura, brillante en la noche, tenue durante el día….
Da igual.  Ella siempre está en mis pensamientos y obsesiones. No lo podré evitar nunca.
Para terminar esta entrada, os voy a mostrar dos fotografías que tomé de la Luna, con un objetivo de gran distancia focal (650-1300 mm) que me trajo Papa Noël las Navidades pasadas (quien dice Papa Noël, dice mi mujer y las chiquillas, jejeje) al que yo cariñosamente llamo “La Tubería”.
Es un objetivo que me permite acercarme bastante a esa obsesión mía que es la Luna, permitiéndome ver con detalle cada uno de sus numerosos cráteres y mares.
La primera fotografía está tomada a 1300mm, por lo que no me entraba todo el cuerpo en el visor, y al estar tomada en su fase de cuarto creciente, decidí nombrarla “Cuarto de Luna”.
Es una fotografía que hice para presentarla a un concurso interno de la asociación a la que pertenezco, la Asociación Fotográfica Novelda, podéis visitarla desde el banner de la derecha del blog.
La segunda fotografía, también está hecha con mi tubería, pero aquí conté más con el factor suerte. Estaba realizando fotografías al satélite en su fase llena, cuando observé que un avión a lo lejos, llevaba el rumbo en línea justo hacia donde estaba la Luna, para pasar por delante. No me lo pensé dos veces y preparé el objetivo encuadrando la brillante bola y esperando a que el pájaro de hierro se interpusiera en nuestro camino. Como digo, el factor suerte jugó mucho aquí, y ahí os dejo el resultado.
A partir de ahora y en futuras entradas, veréis como la Luna es parte fundamental de muchas de mis fotografías, pues no lo puedo evitar, es mi amor platónico.
Un abrazo a todos, y hasta la próxima! 😉
Davidpacheco_Cuarto de Luna_enero

Cuarto de Luna

avion en luna
                                                                                                   Viaje a la Luna